Hace años que el teclado, heredado de la máquina de escribir, no
cambia sustancialmente. Este elemento periférico clave en cualquier
dispositivo se ha intentado sustituir por reconocimiento de la escritura a mano, la voz o incluso gestos.
Pero el centenario teclado Qwerty, denominado así por la disposición de
los caracteres en la primera línea de letras, sigue ahí, pese a la
proliferación de pantallas táctiles y otros elementos móviles. Mark Parker, un empresario y experto en informática
de Estados Unidos, está dispuesto a poner patas arriba esta realidad y
ha desarrollado un nuevo teclado curvo, que se sostiene con las manos,
con la botonera situada en la parte inferior al alcance de los dedos,
compatible con todo tipo de aparato y manejable de pie, andando, sentado
o sobre una superficie.
La innovación se denomina TREWGrip
por la disposición de los caracteres en el nuevo teclado y porque este
se agarra por los laterales. La idea surgió hace tres años tras una dura
jornada de trabajo. Mark Parker pensó que la disposición convencional
es incómoda, poco eficaz y genera lesiones. Esa noche imaginó un
periférico alternativo que debería tener los botones en la parte
inferior, al alcance de los dedos sin desplazar las manos y con una
posición natural de las mismas.
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